
Ser buen comunicador.
El líder tiene que saber transmitir al resto de su equipo las ideas que tiene, así como conseguir que sus equipos le escuchen y entiendan cuáles son sus objetivos a perseguir. Es decir, hará crecer a todos los miembros de su equipo y creará oportunidades para todos.
Capacidad para asumir retos.
La responsabilidad puede ser de todos, pero el líder tiene que tener la capacidad para afrontar los problemas que se ocasionen y solucionarlos. No tiene miedo a lo que pueda encontrar o hacia dónde dirigir a su equipo.
Capacidad de adaptarse.
Rápidamente a los cambios, buscando incluso ser promotor de los mismos. Estará siempre en activo y con ganas de mejorar. Por eso, buscará nuevas formas de hacer las cosas, aunque ésto implique cambiar por completo el status quo. Tendrá capacidad de decisión y valorará la positividad que conllevan los cambios.
Tenáz.
Perseguir y conseguir metas implica ser consciente de que para alcanzarlas se tiene que idear un plan diario. Tendrá la capacidad para organizar a su equipo y sacar el mejor rendimiento de cada uno de ellos. Aprenderá a tener un conocimiento sólido de lo que hace cada miembro y lo alentará, orientará y supervisará.
Confianza en sí mismo.
Para estar al mando de un equipo, se necesita tener seguridad en el potencial personal como líder. Saber que el fracaso puede llegar en cualquier momento y tenerlo en cuenta para prevenirlo, evitarlo o aprender de él. Tendrá la madurez emocional ante lo imprevisto, los resultados no deseados o la adversidad y transmitirla al equipo con una actitud de calma y fortaleza. Vocación de servicio, investigación y visión global.
Don de gentes.
Sabrá lo importante que es mantener una buena relación con todas las personas que interactúan y desarrollará dotes para conseguirlo. Conocerá los intereses de las personas y cautivarles con los suyos. El desarrollo de espíritu del equipo será la base de su trabajo.
Entusiasta por naturaleza.
No se dará por vencido y trabajará duro para mantener el éxito. Se notará que disfruta lo que hace y no pierde la ilusión por seguir cosechando triunfos. Todo aparece poco a poco cuando se trata de crecer personalmente y hacer crecer a sus equipos y comunidades.
Pasión por saber más.
Estará consciente de que el conocimiento es la pieza clave para encabezar un equipo. Su afán por aumentar posibilidades propias y la de los miembros de su equipo, le hará estar en constante formación e informado de cualquier novedad que pueda influir en su entorno.
Eficiente.
No creará falsas expectativas en su equipo. Sabrá qué tareas son prioritarias y deben ser atendidas en primera persona y qué tareas pueden y deben ser delegadas. Será un experto en seguimiento de tareas asignadas, evitando intervenir de más.
Íntegro.
Su personalidad cautivará y convencerá a su equipo de trabajo por la integridad, la veracidad y congruencia de sus acciones con sus decires. No será proclive ni tolerará la mentira, la deshonestidad, la injusticia o la inequidad.
Vocación de servicio.
Desarrollará un espíritu de servicio, de labor social, de ayudar a su prójimo, al ser humanista, sabrá qué hacer ante situaciones de apoyo. Mantener una actitud de empatía hacia los demás.